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El precio a pagar...

Lo que nos ofrece la tecnología resulta mágico. Ademas literalmente. Preguntadle a vuestros abuelos y abuelas si no es magia tener todo el conocimiento humano en un telefono movil, tocar una pantalla y que esta reaccione, elegir los contenidos audiovisuales que queremos ver gracias a internet, etc. Eso, no hace mucho tiempo, sería considerado magia. Magia que tenemos disponible ahora.
Son tantas y tantas las facilidades y virtudes que nos brinda, que hace pensar si esto no esconderá algún pago oculto por parte de los usuarios. Y si, efectivamente, nos han engañado una vez mas.

Hoy, gracias a las redes sociales, podemos acelerar nuestras relaciones humanas mas allá de nuestras posibilidades físicas. Hablar con amigos que están lejos, ver sus fotos, y estar en contacto. Es dificil resistirse. Máxime en una época en la que todos tenemos que movernos para encontrar nuestro lugar (trabajo, vida social, sentimental, etc). Se hace mas necesario que nunca el uso de esa tecnología.

Sin embargo, estamos pagando un precio. Y es, como se puede deducir, el regalo de nuestros datos a estas grandes empresas que controlan Internet. Nos ofrecen un servicio gratuito, pero pagamos con nuestros datos. El problema no sería tan grave si esos datos se guardaran bajo llave como, por otra parte, sería lo legal, gracias a la Ley de protección de datos. Pero como pasa en cientos de casos, el dinero es una apisonadora que pasa por encima de cualquier ley. Asi pues, estas empresas, más poderosas que muchos estados, no son sancionadas ni investigadas por el tráfico de datos entre ellas y otras grandes empresas. Evidentemente, cuentan con la connivencia de los países, los cuales escriben las leyes para contentar a la población, pero luego bajo mesa consiente este tipo de abusos.

Venden nuestros datos al mejor postor, para ofrecernos publicidad personalizada, para tenernos controlados, para acercarse a los mas profundo del ser humano: su pensamiento. Ellos matarían por saber que estás pensando.

Es una lástima que la avaricia, de nuevo, rompa con la posibilidad de disfrutar de lo mejor que nos ofrece la tecnología sin tener que pagar un precio por ello. Más aún teniendo en cuenta que de esto no se informa. No es un trato consciente por parte del usuario. Ellos simplemente te ofrecen sus virtudes, pero sin embargo no te informan de las consecuencias. Eso es, a todas luces ilegal, ya que trafican con nuestros datos mucho más allá de lo que reconocen en el contrato inicial cuando te das de alta en estos servicios. Contrato o acuerdo que, por otra parte, no tiene validez legal, al no ser firmado ni física ni electrónicamente. La casilla de "estoy de acuerdo" no compromete a ninguna de las partes. 

Pero da igual. Para cuando hayamos cumplido todos los pasos, ya tendrán nuestra información. Ya seremos sus vasallos y habremos contribuido a enriquecer a los mismos de siempre, prorrogando así este sistema caduco e injusto. 

Sin embargo, todo esto no es mas que un frente de actuación de todos los que tienen abiertos. Un rumbo que nos lleva a pensar que cada vez estamos mas vigilados, en parte por que regalamos nuestra información y en parte por que ellos se preocupan de saberla, con videocámaras, satelites, interviniendo comunicaciones de todo tipo (telefónicas, correos electrónicos, etc) como ya han denunciado Snowden o Jullian Assange.

 Podemos pensar que "esto no va conmigo". Pero si todos pensamos lo mismo, estamos bailando a su son. Y todo empieza por uno mismo, en todos los sentidos. Desde este blog, lo único práctico que se puede aconsejar al respecto es darnos de alta en los servicios que queramos o necesitemos, dando la información justa necesaria. Nos "invitan" amablemente a completar nuestros perfiles con barras de progreso incluso. Pero no lo hagais. Lo justo y necesario.

Todo, en nombre de lo mismo: El sistema de mercado. El monetarismo. El infierno presente en la Tierra.

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